El dinero apareció en el bolsillo San José de Cottolengo
En otra ocasión, san José Cottolengo se vio en un aprieto mucho más grave. Uno de sus acreedores lo amenazó de muerte si no le pagaba la deuda en ese mismo momento.
Él se disculpó, le pidió un poco más de paciencia, prometiendo pagarle apenas fuera posible. Pero el hombre se mostró inflexible, y sin más sacó un arma de entre sus ropas para acabar con la vida del santo.
Éste, en un gesto maquinal, se llevó la mano al bolsillo y para su gran sorpresa encontró un envoltorio que contenía la exacta suma reclamada.
Se la entregó de inmediato al acreedor, que se marchó turbado por su violenta actitud, e impresionado ante el milagro y el ejemplo de serena confianza que acababa de presenciar.
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